jueves, 23 de junio de 2011

Never Grow Up

No la olvidaras 

Asomas tu cabeza dentro del salón del coro, y lo primero que puedes ver es a Quinn llorar amargamente, sentada con delicadeza en el asiento que suele tomar durante ese periodo.

Lo primero que sientes, es dolor, por verla sufrir de esa forma, no importa que ya no estén juntos, no puedes hacer más que preocuparte por ella, como ella lo ha hecho por ti durante las noches pasadas que se ha ofrecido a cuidar a tus hermanos por ti.

Ella no te mira, ni siquiera cuando entras a la clase, descuidando tus propios pasos, para que ella te note, que sepa que pude llorar en tu hombro si así lo quieres, pero es inútil, sus ojos no te miran a ti, solo al papel que tiene entre sus manos, arrugándolo mientras enjuga sus lágrimas.

Solo hasta ese momento, notas que Puckerman está a su lado, frotando su espalda, mirando el sobre también, no entiendes ni una palabra de lo que le dice, porque su tono no te lo permite, nunca en los meses que llevas de conocerlo lo has escuchado hablar tan bajo, tan suave, tan delicado.

Y ahí es cuando la ira te golpea de frente, porque deberías ser tu quien la consuele, no Puck ni ningún otro, deberías ser tu quien la abrace, a quien te cuente que le pasa.

Pero es él quien está a su lado, no tu.

"No tenemos que ir si no quieres" dice él en un susurro, y por primera vez desde que llegaste te mira, y puedes notar la confusión en sus orbes verdes, y algo mas, algo que nunca imaginaste ver en Noah Puckerman…el miedo.

Ella solo niega con la cabeza, levantándola un poco, y sus ojos instintivamente se juntan con los tuyos, entrecerrados, deben llevar un buen rato dejando expulsando lagrimas de ellos, puesto que están enrojecidos, ella no te dice nada.

Últimamente ya nadie te habla demasiado.

A decir verdad no recuerdas la última vez que alguien del Club Glee te hablara de algo que no fuesen las Nacionales, desde que paso el baile, solo se habla de eso, y el ambiente es cada vez más tenso entre ustedes.

Tal como en ese momento, en el que los dos chicos te miran, y ninguno de los tres se atreve a decir nada, aunque no hace falta, ella está llorando y no puedes dejar de sentirte un poco culpable por ello, porque tu deberías estar ahí para ella, pero no lo estas, al menos no de esa forma.

"Quiero ir…" dice ella después de tragar saliva un par de veces, pero una vez mas, te das cuenta de que no te habla a ti, porque sus ojos se juntan con los de Puckerman en ese momento que parece ser eterno para ti, que continuas mirando la escena como un simple espectador mas, al que todos ignoran.

El rostro del moreno se desfigura producto del miedo, y por un momento no puedes evitar pensar mal de ellos, y te encuentras dudando sobre la posibilidad de otro embarazo no deseado, lo que solo hace que tus celos empeoren, y tus puños se cierren junto a tu cuerpo.

Porque la simple idea de imaginarlos juntos te repugna.

Porque ella es tuya, y tú eres suyo, y así es como debe ser, aunque ya no estén juntos.

El chico asiente después de un par de segundos, y ella seca sus lágrimas con la manga de su suéter, procurando no correr su maquillaje.

Sus ojos no se cruzan con los tuyos, y eso lo resientes, aun mas cuando es la mano de Puck la que se apresura a rozar su mejilla, para secar una lagrima insolente que se le ha escapado.

Ella ni se imta, sigue ahí sentada, esperando que alguien más del grupo entre y rompa aquel odioso silencio, preferiblemente Rachel, tal vez sus palabras impertinentes la hagan olvidarse de todo aquel asunto por un rato.

Cualquier persona que cruzara el umbral de la puerta seria una bendición en ese momento, aunque fuese Santana, que probablemente se burlaría de ti por tus lagrimas, no importa que haga comentarios, que invente chismes, tu solo necesitas a alguien que logre robar la atención que tu estas recibiendo en ese momento, para que los ojos de Sam abandonen tu cuerpo, porque ya no los soportas mas sobre tu piel.

Esa mirada que quema, esos labios que parecen estar a punto de abrirse en cualquier momento para preguntar lo obvio, ese cuerpo que permanece inmóvil frente a ti…

Mira…comienza Puck, a punto de hacer un comentario ofensivo para terminar echando a Sam del salón, para que deje de mirarlos, el esta tan confundido y asustado como tu, por eso no lo juzgas, pero no puedes tolerar la idea de que comience un conflicto entre el y el rubio.

Porque a final de cuentas en ese momentos los necesitas a ambos por igual.

Déjalo, logras decir en un susurro, antes de que un sollozo se atraviese en tu garganta, y te descubres una vez más incapacitada de seguir hablando. Y lo mas extraño de todo el asunto es que Puck parece saberlo, el porqué de tus lagrimas y de tus sollozos, como si estuviese dentro de tu piel, y solo te mira, pasando una vez más su brazo por encima de tu hombro.

Lo que no sabes es que esa es su forma de marcarte como su propiedad, porque ahora que de manera inconsciente Beth y Shellby Corcoran han vuelto a sus vidas, eres suya de nuevo, o al menos eso le parece a él.

Sam repite su pregunta con impaciencia, porque como tú sabes bien, no le gusta sentirse por fuera de la conversación, sus ojos muestran preocupación, y se pasean por tu rostro, luego por el de Puck y finalmente por el brazo que el moreno aun mantiene sobre tus hombros.

Instintivamente te alejas un poco, y el brazo de Puck cae junto a tu cuerpo, el te mira extrañado pero no reclama, no es su estilo, además ese tipo de negativas ya solías darle cuando tenias una relación formal con Finn hace más de un año, cuando aun llevabas a Beth dentro de tu vientre.

Al chico del mohicano no parece agradarle lo que estas a punto de hacer, pero no por eso te impide abrir la boca en dirección a Sam, juntar tus ojos con los suyos (a tu pesar, porque los ojos verdes del chico se clavan en tu alma como si de estacas se trataran).

No tienes nada que temer, es solo Sam, el Sam que ahora es tu amigo, el Sam hermano de los niños que sueles cuidar los viernes por la noche, el Sam que fue tu amigo, tu compañero y tu dueto en aquellas hermosas canciones.

Pero el Sam que amas es el que te mira ahora, ese que logra descifrar todo dentro de ti con solo un vistazo, y a ese es al que te aterra confesarle la verdad que encierra ese sobre, que sigues sosteniendo como si fueses a romperlo en cualquier momento, pero no lo haces, porque ese sobre encierra tu pasado, el cual pensaste haber enterrado al irte de aquel hospital aquella noche, con las manos vacías, pero aparentemente ella sigue tan dentro de ti como el día en que te diste cuenta de tu estado.

"Es Shellby…" dices un poco más alto, el salón comienza a llenarse de gente lentamente, ahí vienen Santana y Brittany, caminando juntas al mismo ritmo sujetas por el dedo meñique, Finn caminando cabizbajo, no es el mismo desde que no está con Rachel…ni contigo, y finalmente Kurt y Mercedes, que vienen hablando de cosas sin importancia, todo es tan normal…que nadie percibe que algo no está bien contigo.

Sam asiente con la cabeza lentamente, ni siquiera tienes que explicarle quien es Shellby, porque sabes que el conoce su nombre, al igual que el de tu hija, y toda la historia que ella encierra.

"Compro una casa cerca de aquí" Explicas como detalla la carta que horas antes leíste junto con Puck, a pesar de que ambos recibieron una esa mañana, no te atreviste a leerla sin su compañía, necesitabas alguien a tu lado para leer las palabras escitas por la madre de tu pequeña, y en ausencia de un amigo, no tenias otra opción más que recurrir al padre de la niña.

De nuevo los ojos del rubio están sobre ti, esperando que deshagas el nudo que se ha formado en tu garganta y continúes con la narración, pero simplemente no puedes hacerlo sola, menos aun que los ojos de todo el club están sobre ti, y para nadie parece pasar desapercibida la mirada de preocupación que tanto Sam como Puckerman te están dedicando, al igual que los ojos de los demás, los suyos están encima tuyo.

Y sentir 14 pares de ojos (sumando a Lauren Zizes y al Sr. Schue que acaban de entrar, el segundo mas confundido que nunca por encontrar a los chicos tan callados y la primera a punto de explotar al ver a su hombre tan cerca de la rubia) es demasiado para ti, asi que Puck tiene que continuar en tu lugar, y sin mirar a nadie en particular, la verdad sale sola por sus labios, para después volver a callar, dejando a todos los presentes sin habla, con los ojos abiertos como platos, como aquel dia que empezaron a volar los chismes sobre tu estado.

"Y quiere que vayamos a conocer a Beth…a nuestra hija"

Los ojos de Sam siguen puestos sobre los tuyos, esta vez la preocupación que siente por ti es más que evidente, y no hay espacio para ningún sentimiento aparte, solo te levantas del asiento que ha sido tu refugio por la última media hora y te entierras en sus brazos, buscando consuelo en alguna parte.

El te estrecha en sus brazos después de un segundo, antes de corresponderte, y te recuerda a ti misma cuan asustada estas.

No estás lista para conocerla aun.

No estás lista para ser madre.

Y no puedes sola.


ESTA NOVELA ES ADAPTADA.....despues subiremos originales :)